Hoy mi corazón se siente más vacío, porque esta madrugada emprendiste tu viaje hacia un lugar donde ya no existe el dolor ni el cansancio. Han sido 14 años llenos de amor, compañía y momentos que guardaré para siempre en mi memoria.
Desde que llegaste a mi vida, me regalaste una lealtad infinita, una mirada que siempre me reconfortaba y esa alegría que solo tú sabías dar. No fuiste solo una mascota, fuiste familia, mi amiga fiel, mi compañera de días buenos y malos.
Me duele despedirme, pero también siento gratitud. Gratitud por cada paseo, por cada juego, por cada caricia y por cada instante en el que me enseñaste lo que significa amar sin condiciones.
Descansa tranquila, mi Thai. Aquí siempre habrá un lugar para ti, en mi hogar y sobre todo en mi corazón.
Gracias por estos 14 años de amor incondicional. Nunca te olvidaré.