Fuiste brisa de mar y calor de hogar, sueño profundo y voluntad de acero.
Tu nombre fue destino y tu amor eterno.
Te amaremos siempre."
Suerte no fue solo un perrito, fue una parte fundamental de nuestra familia. Su cariño, su alegría y su lealtad han dejado una huella imborrable en nuestros corazones. Ahora que ya no está con nosotros, sentimos la casa más vacía, pero su recuerdo nos acompañará siempre.
Le agradecemos todos los momentos compartidos y el tiempo que nos regaló. Nunca te olvidaremos, Suerte.