Mi amor incondicional durante 11 años, los mejores de mi vida.
Has sido como un hijo para mí. Llegaste para enseñarme tantas cosas que jamás podré olvidar. Cosas que el ser humano es incapaz de enseñar aún sabiendo escribir o hablar. Allá dónde estés ahora sé que descansas y estás en paz. Nunca olvidaremos el paso tan grande que has tenido en nuestras vidas, y aunque en otra forma ahora estarás siempre con nosotros en tu hogar. Tú familia que te adora y lo hará siempre. Noa, que también te echa mucho de menos ya no tiene a su hermanito y no sabe con quién jugar. Amigo, esto no es un adiós solo un hasta luego, nos volveremos a encontrar.