PITUFO

30/12/2019

Querido amigo, queremos que sepas que guardamos con mucho cariño la mantita que te abrigó del frío y ese cojín de colores suaves que albergó tus sueños. Te puede parecer absurdo, pero solemos acariciar con tristeza y ternura esos ratoncillos de peluche con los que solíamos jugar: los lanzábamos y tu, sin mucha prisa, los recogías y los depositabas a nuestros pies. Solo quien tiene un amigo así, puede comprender lo magnifico que es contar con un compañero de juego como tu.

Hoy, el sillón donde solías dormir tus siestas, nos parece más grande y feo. El silencio lo invade todo, no se  oyen tus pisadas ni carreras, no se oyen tus saltos al caer tocando el suelo. De verdad, sin ti, ¡qué horrible y triste nos resulta el silencio!

Inconscientes ante la realidad, te seguimos buscando por todos los rincones de la casa, bajo la mesa, tras las puertas o, quizá creemos pudieras estar sentado en el alféizar de la ventana contemplando el paisaje. Nos preguntábamos:¿qué maravillas habrá descubierto en ese paisaje y no somos capaces de ver?, ¿qué será lo que vislumbran esos preciosos ojitos verdes, que los nuestros no lo ven?

Fuera lo que fuese, amigo Pitufo, te queremos y echaremos muchísimo de menos.

Hasta pronto.