Echaremos de menos cómo me venías a buscar para jugar con tu pelotita o la cuerda en la boca. Cuando te decía "Mosca" y te ponías a ladrar buscándola para atraparla, o "Pájaro", y salías corriendo a perseguirlos, aunque jamás les hubieras hecho daño. Y sobre todo, cuando perseguías los trenes ladrando. Eso era lo que más te gustaba en la vida.
Ahora, escuchar un tren siempre nos recordará a ti, y te verémos corriendo tras él.
Mi hermoso niño… te agradezco estos 13 años de felicidad y amor incondicional que nos has regalado. Para mí, fuiste mi precioso hijo. Cuando me mirabas, notaba ese amor puro que solo había sentido antes con mi abuelo. Ahora estaréis juntos los dos, en la montaña.
Hasta que nos volvamos a ver, te recordaremos y te llevaremos siempre en el corazón.